Argentina y un crecimiento real

14/10/2020Rubricada la segunda victoria en cinco días, Argentina, con los flamantes tres puntos en los bolsillos, una de las alternativas más plausibles es declinar la coartada de la zorra ante el inalcanzable racimo de uvas: si ganar en La Paz ha sido difícil e infrecuente, haber ganado, y como se ganó, debe ser mensurado y valorado.

Argentina y un crecimiento real Con el debido respeto, la que ayer saltó al campo en el estadio Hernando Siles es una de las formaciones bolivianas más débiles de que se tenga memoria.

Basta con reponer que la dupla de ataque la ocuparon Marcelo Moreno Martins y Carlos Saucedo, de 41 años, como prueba elocuente.

Claro que frente a equipos bolivianos igual de vulnerables, o incluso más, selecciones argentinas en apariencia poderosas jugaron mal, muy mal o peor, sin siquiera rozar la pesca del módico puntito.

Honrado el contexto histórico, puesto que lo contrario sería deshonesto, más meritorio destaca aún haber remontado después de un puñado de minutos de vacilación y blandura que perfilaron la versión corregida y aumentada del incoloro debut con Ecuador del jueves de la semana pasada, que se resolvió con ajustada victoria por 1-0 en "La Bombonera".

En realidad, con independencia de las lecturas que podría hacer el propio seleccionador Lionel Scaloni y del eventual forzamiento en la búsqueda de concordancias entre un partido y otro, fueron ostensibles las diferencias positivas y novedosas las soluciones.

Por ejemplo: ni por asomo la reacción vino de la mano del tándem Leandro Paredes-Rodrigo de Paul.

Por lo contrario, hay ahí un problema de superposición y virtudes que no llegan a complementarse y potenciarse. Es llamativa la incomodidad del ex Racing hoy en Udinese, más cerca de la bola sin manija que de la ductilidad.

Y tampoco cumplió un rol encomiable Lucas Ocampos, cuya potencia y su plus aérobico invitaban a suponer que, salvadas las debidas distancias, en los 3.640 metros de altura de La Paz sería poco menos que una matizada versión de un genuino correcaminos del altiplano, como Ángel Di María.

Por supuesto que sin nombres propios es imposible o absurdo analizar el rendimiento de un equipo, la influencia que tuvieron en el juego y en el resultado de un partido, pero colocada la lupa a fondo, sin margen para calificaciones dadivosas, notaremos que figuras, lo que comúnmente se da en llamar figuras, la Selección ofreció relativamente pocas.

En orden impreciso, punto más y punto menos, un muy recuperado Nicolás Tagliafico, Exequiel Palacios, Lautaro Martínez y Lionel Messi.

Por Walter Vargas

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