Escualo Tandil cumple 35 años de vida

15/01/2020Un día como hoy, de hace 35 años atrás, Diego Bustos, acompañado por otros dos socios, ponía un funcionamiento un complejo de piletas en Tandil que un tiempo después serían cubiertas y climatizadas.

Escualo Tandil cumple 35 años de vida
El reconocido profesor de Educación Física, en aquellas épocas, quería ir más allá de ser profe de colegio y sentía la necesidad de generar algo propio.

Para darle inicio a esta aventura, los fundadores contaban con la experiencia de estar al frente de las Escuelitas de Natación de Verano de distintos clubes de la ciudad. En marzo de 1984 se compró el terreno de Belgrano 1652, contando con un gran apoyo de la familia para empezar a darle forma al sueño que se cumpliría meses más tarde.

Ese acompañamiento fue sumamente importante cuando, tres años después de abrir y apenas dos de cumplir el sueño de cubrir y climatizar las piletas, se disolvió la sociedad inicial y Bustos, junto a su mujer, Josefina Rifé, afrontaron la compra de las otras partes.

Desde hace algunos años, a la empresa familiar se fueron sumando los hijos del matrimonio para cumplir distintas funciones dentro de una estructura que día a día es mucho más sólida. Mariana, Milagros y Diego Bustos Rifé, desde diferentes lugares, aportan sus conocimientos para seguir buscando el crecimiento de Escualo.

Mariana, profesora de Educación Física y Kinesióloga, coordina fundamentalmente la parte de Terapéutica en pileta y gimnasio. Por su parte, Milagros, es la Diseñadora Gráfica encargada de la imagen, comunicación, redes y es coequiper de Josefina en la parte administrativa. Diego, Licenciado en Educación Física, Guardavidas y Entrenador de Natación, es coordinación de natación deportiva y es el Entrenador del equipo de competición.

“Con mi señora Josefina siempre fuimos para adelante, a pura adrenalina pero con una gran convicción, mucho esfuerzo y bastante inconsciencia. El camino fue duro, demandante y para nada fácil. Tuvimos muchas piedras en el camino y también pasamos por problemas económicos”, arrancó contando Diego Bustos.

Con esa misma nostalgia, el fundador de Escualo también resalta lo importante de contar con sus hijos en la empresa familiar al señalar que la “incorporación de la nueva generación fue un viento de cola que, personalmente, me venía haciendo falta. Ahora puedo mirar más de afuera, al menos hasta la época de cierre por mantenimiento que no puedo mirar nada y solo quiero hacer y hacer. Escualo es mi segundo hijo varón y mi sueño hecho realidad”.

El reconocido profesor expresó que su deseo para este año será “consolidar lo que tenemos y que podamos vivir más tranquilos con lo que hacemos. Ojalá que los profes, empleados y clientes se sientan parte de esta gran familia que somos, ya que así los sentimos nosotros a ellos”.

En tanto que Josefina Rifé, profesora en Ciencias de la Educación, con tres hijos muy pequeños dejó su profesión para dedicarse de lleno al proyecto que tenía al frente a su marido. “Escualo además de mi lugar y mi trabajo, es el desafío de aprender todo el tiempo, es resolver y por sobre todo es la alegría de hacerlo juntos. Mi deseo para este 2020 es que pelearla no nos quite el disfrute de seguir amando lo que hacemos en familia ya que ese es sin dudas nuestro mayor tesoro”, señaló una de las responsables del complejo ubicado en Belgrano 1652.

Mariana Bustos Rifé, Kinesióloga con formación en Rehabilitación Acuática, también recordó un poco de la rica historia del complejo inaugurado por sus padres al afirmar que “tener padres referentes tan fuertes me impulsó a buscar mi propia identidad. Estudié en Buenos Aires, fui por unos años y me quedé casi veinte pero volvía cada verano para trabajar en la Escuelita de Natación. Con mi regreso a Tandil, y la incorporación de la pile media, pude fusionar y desarrollar lo que más me gusta que es el trabajo en equipo, en una actividad que me enorgullece como Terapéutica”.

“Tenía 6 años cuando a nuestra familia llegó este nuevo hermano cargado de alegría, adrenalina, trabajo, experiencias y emociones”, arrancó diciendo Milagros Bustos Rifé, quien recordó que “desde muy chica comencé mi vida laboral dando clases de natación estudié una carrera que, pensaba, nada tenía que ver con el rubro de la empresa familiar, mi profesión me hacía ir por otro camino. Unos cuantos fueron los años que diseñé algunas cosas para Escualo desde afuera hasta que un día sentí que mi lugar estaba adentro y me tiré a la pileta yo también. No había imaginado que tendría tanto por hacer, aportar, acompañar y aprender”.

El más chico de la familia es Diego quien empezó desde pequeño siendo alumno de la escuelita, pasando al equipo federado, siendo profesor y guardavidas para terminar siendo el coordinador de la Escuela de Natación de Escualo.

“Mi crecimiento biológico, personal y profesional fue de la mano del institucional. Mi vínculo con Escualo es muy fuerte. Este sentido de pertenencia que siento es difícil de explicar con palabras, complejo de entender y posible de contagiar a muchos. Llevar adelante una empresa familiar es más difícil de lo que cualquiera pueda imaginar pero también lo más seguro y firme que nosotros tenemos ya que juntos y en familia nos apoyamos para tirar para adelante”, sostuvo el Entrenador Técnico Nacional de Natación.

Hoy 15 de enero, es el aniversario de Escualo. 35 años de vida para una empresa familiar que se instaló a base de esfuerzo y sacrificio en la ciudad y hoy es sinónimo de natación y de excelencia en Tandil. El trabajo y la experiencia de Diego y Josefina, sumado al empuje de la juventud de sus hijos, Mariana, Milagros y Diego, les permiten mantenerse vigente y tener un futuro más que interesante.

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