La violencia en el futbol es la expresión de nuestra violencia a las reglas de convivencia

28/06/2015(Opinión Juan Claudio Morel). Ignacio Eduardo Jerez, de 55 años, fue muerto de un balazo unos meses atrás en cruce entre barras al final del partido entre Atlético Concepción y Unión Santiago, por la Zona 8 del Torneo Federal B….

La violencia en el futbol es la expresión de nuestra violencia a las reglas de convivencia






Ignacio Eduardo Jerez, de 55 años, fue muerto de un balazo unos meses atrás en cruce entre barras al final del partido entre Atlético Concepción y Unión Santiago, por la Zona 8 del Torneo Federal B…. "Si no ganan el domingo, son boletas"…. Amenazaron los barras de Colón a la esposa de Pablo Ledesma y después esperaron al micro que trasladaba al plantel y le arrojaron piedras. En Parque Patricios, los barras de Huracán también arrojaron piedras pero en este caso a los miembros de la Policía impactando al jefe del operativo de seguridad que fue derivado al Hospital.


Pero el drama no es sólo cosa de Buenos Aires, o alguna “ciudad grande” de las Provincias. En Tandil no hace más de un año, después de un partido entre Villa Aguirre y La Movediza, la terna arbitral escapa corriendo después de sancionar un gol a los 93 minutos. El árbitro fue alcanzado al llegar a su casa y fue duramente golpeado por varias personas que hasta allí lo siguieron en sus automóviles.


Podríamos suponer que es un efecto no querido de la extrema rivalidad que genera el profesionalismo que canaliza la desmesura de las poblaciones muy numerosas. Pero no. Hay evidencia que demuestra lo contrario, porque también Tandil sucede en el amateurismo, en un campeonato que lleva un centenar de equipos y en donde a primera vista debería primar el espíritu de esparcimiento y compartir tiempo con amigos y la sana competencia. Nuevamente el mismo arbitro fue agredido, en este caso por un dirigente de uno de los equipos, cuyo nombre es olvidado por todos terminado el campeonato, porque son equipos para la ocasión, nombres pensados para disfrutar el momento.


Llegados a este punto, cabe distinguir los elementos comunes que se caracterizan por: su falta de seguimiento a las reglas, la no aceptación de las decisiones del tercero imparcial y la justificación o minimización de los infractores. Imaginemos un paso más, imaginemos que un día uno de los jugadores decide que en su opinión es mejor quitar los arcos y propone jugar al futbol sin ellos, o con 40 jugadores por lado o sin árbitros. Y todos, como ahora, como hacen con los golpes a los árbitros, la violencia a los jugadores, siguen con la misma tónica de mirar para otro lado mientras los violentos hacen su negocio a sus anchas. Cuál puede ser el resultado? No parece difícil predecir que el futbol terminará desapareciendo, entre tanto distraído y justificador de lo injustificable.


Pero es acaso un pequeño perímetro que cabe en una manzana, el depositario de algún tipo de maldición para estos jugadores, o es quizás, una lección que los jugadores llevan al partido después de años de entrenamiento como ciudadanos de un país en donde siempre se puede cambiar una regla cuando resulta inconveniente, o cambiar al árbitro, si después de todo decido que su decisión no es todo lo objetiva que a mis intereses le parece.

El futbol es una muestra en la que sobra un botón y es quizás uno de los mejores sociólogos de nuestra sociedad, que está llena de diagnósticos pero no acierta en la medicina correcta para curar la enfermedad del autoritarismo, el individualismo y la total falta de solidaridad para con mis conciudadanos que siendo millones, solo pueden caminar juntos si comparten reglas mínimas y aceptan a un mismo juez con el solo requisito de ser buena gente y conocer las reglas de convivencia para aplicarlas con probidad y sentido común. Tal vez no hagan falta reglas nuevas sino cumplir las que tenemos, ni jueces nuevos sino aceptar las decisiones justas de los jueces de siempre. A lo mejor, con recetas simples como ésta, podamos encaminarnos hacia un “buen vivir” volviendo a asumir cosas simples de la vida como las buenas reglas y buenos jueces simplemente por lo que son, un mero instrumento de convivencia.




Por Juan Claudio Morel
Abogado y primer candidato a concejal por Pro Tandil

Compartir esta noticia

Buscador de noticias

¿Está conforme con la campaña de Santamarina?

No

Ver resultados