Se juega como se vive, se vive como se juega

01/07/2015Por Melisa Bianchi. El ultimo superclásico fiel reflejo de la sociedad actual.

Se juega como se vive, se vive como se juega







A partir de los hechos acontecidos cuando se disputaba el superclásico argentino por el partido de vuelta en los octavos de final de la Copa Libertadores, el encuentro tuvo que ser suspendido antes de comenzar el segundo tiempo y después de una hora de cabildeos, a instancias del árbitro, quien tomó la resolución luego de consultar con las autoridades de la Conmebol. Tras la agresión con gas pimienta sufrida por cuatro jugadores de River Plate desde la tribuna baja de Boca Júniors, cuando el encuentro se encontraba igualado en cero.


Nos podríamos preguntar qué fue lo que llevo a estas personas a actuar de tal aberrante forma, también podríamos preguntarnos qué fue lo que paso con la seguridad de la cancha, que sucedió en los cacheos que según el Secretario de Seguridad de la Nación Sergio Berni “el operativo "fue exitoso, no hubo incidentes, y no hubo bengalas” esto lo dijo antes que comience el superclásico, contradiciéndose al día siguiente de lo sucedido afirmando “La responsabilidad es únicamente de Boca, es indiscutible eso, hubo negligencia por parte del club a la hora de generar la seguridad interna". No obstante, al respecto de cómo ingresó el gas pimienta al estadio, Berni aseveró sobre el operativo de seguridad: "Un cacheo es exactamente eso: un cacheo, no es garantía de nada".


Está claro que la seguridad fallo, como también fallaron los “hinchas” que cometieron el acto y aquellos que no se opusieron a que tal hecho fuera concretado.

¿Por qué esta persona actuó de esa forma?, ¿será que su grado de fanatismo lo llevo a actuar sin medir consecuencias?. Definimos fanatismo como “Apasionamiento exagerado propio del fanático. "El fanatismo conduce a la intolerancia". Este apasionamiento que algunas personas sienten por algo o alguien los puede llevar a actuar de manera violenta hacia otras personas, ya ha sucedido en distintos ámbitos, y el futbol no podía ser la excepción.
Como se plantea en el texto “El futbol de luto, muerte y violencia en el futbol”; “La violencia en el futbol no puede dejar de ser comprendida en el marco de una violencia más amplia, de carácter social, que involucra a la sociedad argentina; no obstante, representa un fenómeno particular que posee una lógica propia”… “la necesidad de avanzar en la compresión de una problemática que produce múltiples interpretaciones nos conduce en primer término a cuestionar el entendimiento social sobre el problema, es decir, a plantear como los distintos actores sociales a partir de sus variadas capacidades de influencia, comprenden y eventualmente actúan al respecto.” A eso quería llegar, a ver como nosotros como sociedad actuamos ante un hecho de violencia, -que diariamente vivimos- pero que este caso en particular nos dejó mundialmente avergonzados; personalmente, creo que vivimos en una sociedad muy individualista, donde se busca el beneficio propio y poco se mira para los costados, donde cada uno busca solucionar sus propios problemas sin ayudar a los demás a resolver los suyos. Vivimos en una sociedad impulsiva, donde no se miden las consecuencias de los hechos que cometemos diariamente, vivimos en una sociedad cada vez más violenta y eso ya no nos sorprende. Es moneda corriente ver en los medios o en hechos cotidianos vividos diferentes situaciones violentas, donde muchas veces el problema inicial termina siendo una tragedia.
Como ciudadanos poco hacemos para que la realidad cambie, muchas veces nos da miedo salir a decir lo que pensamos o a manifestarnos en contra de algún hecho injusto de violencia, porque no sabemos cómo pueden terminar las cosas, porque no queremos involucrarnos. No actuamos por desinterés o acostumbramiento, somos parte de una sociedad que ya está así fertilizada.


Llevando esto a lo sucedido en la Bombonera, creo que las personas que rodeaban al “panadero” al momento de echar gas pimienta a la manga, no se involucraron en frenarlo u oponerse, quizás por miedo, por no saber que les podría pasar si se oponían.


Como espectadora, puedo decir que lo que paso ese jueves de mayo no fue un hecho que me sorprendió, fue otra mancha más para el futbol argentino, para el deporte popular que tanto nos apasiona, y que nosotros mismos a través de diferentes hechos violentos, delictivos opacamos. Lo sucedido es un fiel reflejo de la Argentina que nos toca vivir, de la sociedad que hoy, lamentablemente, tenemos.

Por Melisa Bianchi
Alumna de 4to año de Educación Física, Instituto del sudeste, Benito Juárez

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