Un siglo de radio: hoy relatamos nosotros

29/08/2020"Estoy ahí. Ya sé que no pero yo estoy ahí, si el tipo de la radio me lo cuenta", canta Tabaré Cardozo y los futboleros, mate en mano, asienten con la cabeza. Roberto Fontanarrosa decía que la banda de sonido de su vida estaba integrada por esos relatores que escuchaba todos los domingos.

Un siglo de radio: hoy relatamos nosotros
"La radio te acompaña con un ñato que relata cualquier partido, no importa cuál. El tema es que se escuche un gol de fondo cada tanto y la gente alentando. Es que si hay fútbol por la radio significa que todo sigue más o menos bien, que no hay Tercera Guerra Mundial ni nada por el estilo", comentaba el genio rosarino.

En Tandil la tradición de dibujar con palabras partidos con una veintena de espectadores apoyados sobre el alambrado o con algo más de dos mil sentados en las tribunas tiene su puntapié inicial con Alberto Romero, a quien le sucedieron Pedro Suárez, Sergio Pinchentti, Juan Casero, Guillermo Fernández, Franco Manazzoni, Diego Castaño y Fernando Pinchentti Altamirano. Con su impronta, cada uno de ellos se las ingenió para hipnotizarnos dulcemente con la musicalidad de sus voces y llevarnos a ese paraíso de gambetas, tiros libres y cabezazos.

Para agradecer la innumerable cantidad de horas que estos ilusionistas del micrófono nos regalaron para vencer la melancolía dominguera, este oyente fiel organizó un partido homenaje en el que por primera vez aquellas gargantas privilegiadas tuvieron descanso.

El match de mis sueños se celebra el 16 de septiembre de 1988 en la cancha de Gimnasia, en el barrio de La Rural. Antes de que los elencos salten al terreno el canchero se encarga de arriar las ovejas que mantienen el césped corto y pinta prolijamente con cal las líneas de las áreas.

Para el agasajo se invierten los roles. Esta vez la cabina de transmisión está ocupada por Aquiles Caviglia, considerado el mejor futbolista profesional de Tandil de todos los tiempos por el decano del periodismo tandilense Carlos Octavio Alfaro y por Miguel Quiroga, el parroquiano más longevo del Defensa. Caviglia tiene el acompañamiento en los comentarios del Pinino García, mejor jugador de potrero de todas las épocas, y de este humilde cronista, representando a todos esos matungos que soñaron con llevar la diez, pero debieron lucir las 16 en la espalda.

¡El Colorado Blanco pita y arranca el juego! Pinchentti padre, que tiene la cinta de capitán y un pucho en la mano, toca corto para Casero. Casero cautiva a su adversario con su verba poética y arrabalera y muy pillo manda un pase en profundidad. El que recibe es el Botija Fernández, el relator cantor surgido en Villa Italia, que arrancándole una carcajada a un rival con una broma amaga seguir con el esférico pero lo manda al área. ¡El cabezazo de Fernando Pinchentti Altamirano pega en el palo y el rebote es aprovechado por Manazzoni! ¡Gooool! ¡La pelota besa la red e inmediatamente después se forma una montaña humana que abraza al pibe!

Lejos de conformarse, el elenco de los relatores se luce en el campo de juego y con dos goles más de Suárez el cotejo parece terminado a los diez minutos del segundo tiempo. Caviglia y García comentan las jugadas, pero dado que "esto es un trámite", le brindan la posibilidad al público de salir al aire. Son cientos los llamados. En cada uno los vecinos manifiestan su sincero agradecimiento por tantas horas vibrantes, por el respeto hacia el lenguaje y la sensibilidad puesta al servicio del deporte chacarero. "De pibe me prendí a la radio por mi abuelo que los escuchaba. Hoy los sigo con mi hijo", dice uno. "Todavía estoy sintiendo los goles que escuché cuando ascendimos al Nacional", rememora otro, y todos insisten en que la vida no sería igual sin esos magos de la palabra que desde el interior de una Spica o una Noblex Carina nos hicieron disfrutar de su magia sin pedirnos siquiera que abramos los ojos. Hoy sus oídos disfrutan de nuestro aplauso.

Sobre el autor de la nota

Esta nota fue realizada por Alejandro Latorre, Licenciado en Comunicación Social que se desempeña en la Universidad Nacional del Centro desde 2005, tras haber trabajado en medios de Tandil y la región. Latorre documenta en un libro y en una radio las voces de los obreros de la palabra en el sudeste bonaerense para rendirles un homenaje este año, cuando se cumple un siglo de la primera transmisión radial de Los locos de la azotea, el grupo integrado por los pioneros Enrique Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica.

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