Duro momento de Ibarra: ''No me puede pasar esto''
05/08/2013Fabián Ibarra tiene 49 años y lleva más de 30 en diferentes clubes de Tandil. Siempre en las divisiones formativas. Estaba trabajando con tranquilidad en Santamarina desde el año 2008 hasta que la semana anterior ocurrió un hecho tan sospechoso como inesperado.
-¿Qué fue lo que en realidad pasó?
-Nada diferente a lo que he hecho varias veces en estos años. Me avisaron que un equipo de Buenos Aires estaba probando chicos, averigüé en qué puestos y cité a uno de 12 años, de nuestra institución. Con la autorización de la madre (sus padres están separados) lo llevé personalmente para tomarle los datos y al día siguiente me encuentro con el padre que me preguntó qué había pasado con el chico, que su mujer le había comentado que me había querido propasar con él. Yo no podía creer estar escuchando eso. Ni sabía cómo tomarlo.
-¿Y qué hizo entonces?
-Lo primero fue ir a la casa de su madre, que sospechosamente no me quiso abrir. Después fui al club, hablé con los principales dirigentes, conté lo ocurrido y pedí que tengamos una reunión todos, para quitarnos la máscara.
-¿Se concretó esa reunión?
-Vuelvo a insistir con el término, pero sospechosamente tampoco se hizo, y no vi ninguna intención de promoverla.
-O sea: ¿acusado, sin causa y sin defensa?
-Exacto. Imagínese, empecé a los 18 años, pasé por Grupo, Ferro, Gimnasia, La Movediza, Jorge Newbery, Santamarina… Todos me conocen, siempre estuve con chicos, diría que miles han pasado bajo mi dirección técnica. Jamás tuve un solo problema, una queja. De pronto aparece esto y siento que se me termina la vida. Estoy amargado, dolido, deprimido, no quiero salir. Me parece que todos me van a señalar…
-¿Sigue en Santamarina o no?
-Por supuesto que no. ¿Cómo voy a continuar si ni siquiera me permitieron limpiar mi buen nombre? Quise que todos estuviéramos en esa reunión para ver si mantenían esa mentira, y nadie movió un dedo para hacerla. Entonces hice lo que correspondía. Presenté mi renuncia.
-¿Y se le aceptaron?
-De inmediato. Es más, como Pablo Bossio es abogado, me dijo que incluso me estaba esperando, que sabía que iba a renunciar, y ya la tenía confeccionada. No lo culpo. Ahora está de lleno en la política y habrá temido que algo de esto lo rozara, pero me hubiese gustado que al menos me hubiese dado la oportunidad de escuchar a todas las partes juntas. Creo que mi trayectoria lo ameritaba.
-¿Qué va a hacer ahora?
-En principio me decidí a venir porque mi esposa, mi familia y mis amigos me lo pidieron, porque no es justo que tenga que estar temiendo salir por temor al qué dirán, cuando en realidad nunca hice nada malo…
Lo único que falta es que en el umbral de los 50 años tenga que agachar la vista cuando siempre miré de frente a todo el mundo. Quiero seguir siendo el mismo de siempre, y que esta pesadilla se termine de una vez.
-O sea: a la calle para evitar rumores…
-No tengo otra. No soy de acusar, nunca fui una persona conflictiva, pero no es justo que me acusen, tampoco. Voy a intentar hacer como que nada me pasó, pero por supuesto seguiré intentando aclarar esta situación por todos los medios. Sé que en pueblo chico el infierno es grande, pero tengo muchos amigos y miles de chicos que saben bien qué persona soy.
Te esperamos en Twitter y Facebook
Deporte Tandilense te acompaña en las redes sociales para que te informes al toque de la actividad en Tandil. Próximamente sortearemos varias cosas para vos que nos acompañas.
CORRESPONSAL ESPONTANEO
www.deportetandilense.com.ar te invita a que nos envíes la información que te parece que falta a deportesmanazzoni@hotmail.com
Fuente: Diario El Eco de Tandil
-Nada diferente a lo que he hecho varias veces en estos años. Me avisaron que un equipo de Buenos Aires estaba probando chicos, averigüé en qué puestos y cité a uno de 12 años, de nuestra institución. Con la autorización de la madre (sus padres están separados) lo llevé personalmente para tomarle los datos y al día siguiente me encuentro con el padre que me preguntó qué había pasado con el chico, que su mujer le había comentado que me había querido propasar con él. Yo no podía creer estar escuchando eso. Ni sabía cómo tomarlo.
-¿Y qué hizo entonces?
-Lo primero fue ir a la casa de su madre, que sospechosamente no me quiso abrir. Después fui al club, hablé con los principales dirigentes, conté lo ocurrido y pedí que tengamos una reunión todos, para quitarnos la máscara.
-¿Se concretó esa reunión?
-Vuelvo a insistir con el término, pero sospechosamente tampoco se hizo, y no vi ninguna intención de promoverla.
-O sea: ¿acusado, sin causa y sin defensa?
-Exacto. Imagínese, empecé a los 18 años, pasé por Grupo, Ferro, Gimnasia, La Movediza, Jorge Newbery, Santamarina… Todos me conocen, siempre estuve con chicos, diría que miles han pasado bajo mi dirección técnica. Jamás tuve un solo problema, una queja. De pronto aparece esto y siento que se me termina la vida. Estoy amargado, dolido, deprimido, no quiero salir. Me parece que todos me van a señalar…
-¿Sigue en Santamarina o no?
-Por supuesto que no. ¿Cómo voy a continuar si ni siquiera me permitieron limpiar mi buen nombre? Quise que todos estuviéramos en esa reunión para ver si mantenían esa mentira, y nadie movió un dedo para hacerla. Entonces hice lo que correspondía. Presenté mi renuncia.
-¿Y se le aceptaron?
-De inmediato. Es más, como Pablo Bossio es abogado, me dijo que incluso me estaba esperando, que sabía que iba a renunciar, y ya la tenía confeccionada. No lo culpo. Ahora está de lleno en la política y habrá temido que algo de esto lo rozara, pero me hubiese gustado que al menos me hubiese dado la oportunidad de escuchar a todas las partes juntas. Creo que mi trayectoria lo ameritaba.
-¿Qué va a hacer ahora?
-En principio me decidí a venir porque mi esposa, mi familia y mis amigos me lo pidieron, porque no es justo que tenga que estar temiendo salir por temor al qué dirán, cuando en realidad nunca hice nada malo…
Lo único que falta es que en el umbral de los 50 años tenga que agachar la vista cuando siempre miré de frente a todo el mundo. Quiero seguir siendo el mismo de siempre, y que esta pesadilla se termine de una vez.
-O sea: a la calle para evitar rumores…
-No tengo otra. No soy de acusar, nunca fui una persona conflictiva, pero no es justo que me acusen, tampoco. Voy a intentar hacer como que nada me pasó, pero por supuesto seguiré intentando aclarar esta situación por todos los medios. Sé que en pueblo chico el infierno es grande, pero tengo muchos amigos y miles de chicos que saben bien qué persona soy.
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Fuente: Diario El Eco de Tandil